viernes, 26 de enero de 2018

Necesitamos que lluevan besos

Necesitamos que lluevan besos,
que el bien común imponga el estado de sitio,
la miseria se quede sin caminos,
las prisiones sin motivos,
que al hambre le crezca el trigo
y que arda el dinero en los bolsillos repletos.

Necesitamos una lluvia de besos sobre los niños sin calles
sobre los padres sin tiempo,
sobre los viejos caciques y los esclavos nuevos,
sobre los campos ardiendo,
sobre los manantiales huérfanos.

Necesitamos urgentemente una lluvia de besos,
que las notas se queden sin ceros,
las mentiras sin palabras,
que nos regalen las gafas que miran por dentro
que se empañen los espejos de las modelos.

Las epidemias empiezan por uno solo,
¿donde está el individuo cero?
¿quién será?
¿cuándo empezará entre nosotros la revolución de los besos?